Probablemente hayas oído decir que el latín es una “lengua muerta”. ¿Es cierto? Técnicamente hablando, lo es. Pero, como verás, todavía le queda algo de vida.

¿Qué es una lengua muerta?

El latín se considera una lengua muerta porque ya no quedan hablantes nativos. Entonces, ¿qué sentido tiene estudiarla? La mayoría de la gente considera que el latín es una lengua muerta que solo se utiliza en películas, libros antiguos y hechizos de Harry Potter. A diferencia de otras lenguas, el latín no es una lengua oficial de ningún país. Por supuesto, tampoco oirás hablar latín en un restaurante o por la calle, pero la verdad es que ha influido en todas las lenguas romances, incluido el inglés.

Fue la lengua oficial del Imperio Romano y, hasta el siglo XVIII, siguió siendo la lengua franca entre los eruditos. Podemos encontrar terminología latina en muy diversos ámbitos del conocimiento, desde la astronomía hasta el derecho, como resultado del extraordinario crecimiento de las disciplinas científicas e intelectuales que se produjo bajo el dominio del Imperio Romano.

Para muchos lingüistas de todo el mundo, el estatus oficial del latín sigue siendo fuente de debate y controversia. Algunos lo consideran una de las lenguas más importantes jamás habladas. En cambio, a pesar de que el latín inspiró muchas lenguas modernas, ya no se utiliza como lengua oficial de ningún país. No obstante, aún hoy estamos rodeados de latín.

La Historia

El latín es una lengua indoeuropea que se originó en Italia y se extendió por gran parte de Europa y el norte de África con el Imperio Romano. Con la caída del Imperio Romano, podríamos decir que el latín “murió”, pero la realidad es que evolucionó hacia el latín vulgar, una versión más simple de sí mismo, y posteriormente hacia las lenguas romances: español, francés, italiano, portugués y rumano. Como resultado, el latín clásico quedó obsoleto.

También merece la pena considerar la larga y duradera influencia del latín en la Iglesia católica. El Concilio de Trento estandarizó la misa en latín y adoptó el Misal romano, que se utilizó desde 1570 hasta mediados de la década de 1960 como el “formato” de la misa. En este formato, el sacerdote hablaba únicamente en latín. Esta regla casi nunca se rompía. En la actualidad, aunque la mayoría de las comunidades católicas celebran las misas en su lengua materna, el Papa sigue utilizando el latín.

¿Deberías aprender latín?

Aprender latín tiene varias ventajas para quienes estudian literatura clásica, filosofía, historia y religión. Tener fluidez en latín permitirá a los estudiantes acceder a la literatura antigua en su forma original, lo que les permitirá obtener una comprensión más profunda y completa de su campo de estudio.

Otro propósito obvio de aprender una lengua muerta como el latín es facilitar el estudio de otras lenguas, como el español o el francés. De hecho, aproximadamente el 80 % del vocabulario de las lenguas romances provienen del latín y también comparten patrones gramaticales con esta, ¡esto hace que el paso de muerta a viva sea pan comido!

El latín nunca ha muerto en importancia. El latín está incuestionablemente vivo y en auge en los círculos académicos. Por ello, en la actualidad todavía se requiere de servicios de traducción de esta lengua no tan muerta. ¿Necesitas una traducción de un texto en latín? Ponte en contacto con K&J Translations. ¡Estaremos encantados de ayudarte con tus textos!